Denuncia de las violaciones del Ejército mejicano en Chiapas

11/11/1998

La situación en Mexico referente a las cuestiones que afectan a los pueblos indígenas continúa, dos años después de la firma de los Acuerdos de San Andrés, sin resolverse.

Dos años después, en vez de cumplir, el gobierno federal mantiene una campaña de acoso contra las organizaciones, pueblos, comunidades y dirigentes indígenas. Sus acciones así nos lo demuestran:

1. Militarizó las regiones indígenas de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Guanajuato, Puebla, Jalisco, Nayarit, Tabasco, Campeche, prueba del miedo que tiene a las voces indígenas. Aumenta el número de efectivos militares en Chiapas y realiza incursiones e interrogatorios en las comunidades de la Zona Norte, la Selva y los Altos de Chiapas, en la Sierre Mixe y la Sierra Juárez y continúa la represión de los Loxichas en Oaxaca.

2. Desató una campaña en contra de los auténticos representantes y dirigentes indígenas, mediante la intimidación, el encarcelamiento, la tortura y el asesinato en regiones de Chiapas, Guerrero, Oaxaca y La Huasteca y ahora, recientemente, en Querétaro.

3. Fabrica conflictos en las comunidades armando a bandas paramilitares que, apoyadas por los cuerpos de seguridad pública y el propio Ejército Federal, han sembrado el terror en Chiapas, pretendiendo ahora hacerlo en otras regiones del país. La matanza de Acteal, reprobable en todos los sentidos de lo humano, es prueba irrefutable de esta política genocida.

Y mientras en Chiapas la guerra sucia del gobierno vacía zonas enteras creando más y más desplazados que subsisten, cercados, en condiciones inhumanas, aunque con la dignidad suficiente como para no aceptar ayuda de quienes los pusieron en esta situación, el gobierno insiste en calumniar a los indígenas y en desoír sus demandas.

Insiste el gobierno en sus megaproyectos como el Istmo Tehuantepec, que sin consulta ni participación de las comunidades afectadas, las despojara de sus recursos naturales, destruirá el ambiente, desarticulará la vida comunitaria y otorgará a los empresarios multinacionales la posibilidad de dividir el país y aprovecharse de sus riquezas.

Por eso en Mexico los pueblos indígenas reclaman:

1. Que se cumplan los Acuerdos de San Andrés y reconozca la Constitución federal el derecho a la libre determinación expresado en la autonomía.

2. Que retire el gobierno su contrapropuesta y apoye la propuesta original de Reformas del 29 de noviembre de 1996 de la Cocopa.

3. Que el Ejército Mexicano abandone las regiones indígenas y retorne a sus cuarteles, apegándose estrictamente a lo que le marca la Constitución.

4. El castigo a los autores materiales e intelectuales de la matanza de Acteal, así como el desmantelamiento y el desarme de las bandas paramilitares y dé fin a la impunidad con que actuan.

5. El cese al hostigamiento, tortura, encarcelamiento y asesinato de los dirigentes indígenas.

6. La liberación de los presos bases de apoyo zapatistas y de los presos políticos.

7. La defensa de los territorios y tierras indígenas de todos los que pretenden quedarse y achicar el espacio vital de reproducción de las comunidades.

8. La reforma del Artículo 27 Constitucional para que retorne a su espíritu original.

9. La cancelación de todos los megaproyectos emprendidos por el gobierno y los empresarios transnacionales y el cumplimiento del compromiso firmado en San Andrés, de consultar en todo proyecto a los pueblos y comunidades indígenas.

10. El respeto a los sitios sagrados.

11. El cumplimiento del Convenio 169 de la OIT, firmado y ratificado por el gobierno mexicanos.

En el proceso de globalización en que está inmerso México y que se aceleró en el año 94 con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio firmado con los gobiernos de Estado Unidos y Canadá, los pueblos indígenas vuelven a ser relegados al olvido. Máxime cuando sus tierras deseadas o por los finqueros, o por las compañías extractoras de petróleo, uranio o maderas preciosas que hacen que sus condiciones de vida estén sumamente deterioradas. Unido todo esto a una presencia militar y paramilitar como única forma de combatir su lucha por una sociedad más justa.

En la estancia en Chiapas de la Comicion internacional de observacion de los derechos humanos, en laqual el CETIM estaba representado, pudimos observar como el problema de la tierra sigue siendo central para entender el conflicto de Chiapas y como en las zonas donde ha habido ocupaciones de tierras o se ha manifestado su proceso de organización, aparecen guardias blancas y militarización como única forma de respuesta.

La lucha por el reconocimiento de sus derechos y cultura propios, de sus formas de organización y del dominio sobre sus recursos naturales, sienten que es la única garantía para no verse devorados por el proceso de globalización económica mundial.

Es una lucha por la supervivencia, por rescatarse del olvido, apoyándose en la memoria de sus propias formas de vida.

La transición democrática de México no se podrá hacer a costa de los pueblos indígenas sino en la medida de que el respeto de sus derechos garantice democracia, justicia y libertad para todos.

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